manualidades
En el currículum Waldorf las labores y otras artesanías están muy presentes desde el inicio de la escolaridad y en cada uno de los grados. En primer grado de primaria, por ejemplo, aprenden a tejer con dos palitos; en segundo, empiezan a trabajar con el ganchillo, en sexto grado confeccionan sus muñecos cosidos a mano, y así en adelante hasta que acaban en secundaria confeccionando sus propias prendas de ropa.
Las habilidades como psicomotricidad fina, coordinación de movimientos, la orientación espacial, permanencia del objeto o la lateralidad son reforzadas con las labores manuales.
La imaginación y el pensamiento ágil también son abordados con estas tareas despertando los poderes creativos y ayudando al niño a desarrollar una imaginación sana.
Por otro lado, la naturaleza rítmica y repetitiva de coser o tejer favorece la
atención plena y la consciencia del aquí y el ahora, con todos los beneficios que eso puede proporcionar para nuestro bienestar.
Finalmente, podemos afirmar que al realizar una labor manual se establece una conexión entre la movilidad de los dedos y los pensamientos flexibles y la generación de ideas.
Rudolf Steiner, el creador de la pedagogía Waldorf, decía que el pensamiento equilibrado y el “buen juicio” de un adulto dependerá mucho más de si a un niño se le ha enseñado a usar sus manos y sus dedos de forma correcta y práctica que más tarde el ejercicio del pensamiento lógico.